Los
riesgos del acuerdo entre la Unión Europea y el Mercosur
Detrás de las buenas intenciones, la
Unión Europea busca la ampliación de mercados
para sus grandes corporaciones en servicios y compras gubernamentales
y garantías para sus grandes inversores
Las negociaciones para la conclusión de un acuerdo
de asociación Inter. Regional entre el Mercosur y la
Unión Europea se encuentran en un momento crucial de
definición de compromisos de ambas partes, relacionados
a la apertura del sector agrícola europeo y inclusión
o no de ciertos sectores que son fundamentales para las economías
y las sociedades de los países del Mercosur.
Por este motivo, las organizaciones y movimientos de la región
que hacemos la Campaña Contra el ALCA en los países
del Mercosur queremos hacer pública nuestra preocupación
por los riesgos y problemas que involucran los compromisos
que el bloque viene asumiendo en las negociaciones:
1) Las profundas asimetrías económicas y tecnológicas
entre el Mercosur y la UE, sumadas a las dificultades políticas
del primero, pueden producir un acuerdo comercial desigual,
donde las supuestas ventajas obtenidas por el lado más
débil, el Mercosur, se tornarían artificiales,
si se las compara con las grandes desventajas que los países
de este bloque sufrirían. Un acuerdo de este tipo consolidaría
para las décadas futuras las prerrogativas que las
multinacionales europeas ya gozan, o nuevas, en detrimento
de nuestros intereses nacionales. A pesar de la inclusión
del Capítulo de Cooperación en el acuerdo para
corrección de asimetrías, la experiencia muestra,
como en el caso de UE-Chile, que esto no ha ocurrido y confirma
la preocupación de que el acuerdo Mercosur-UE no pase
de un acuerdo de liberalización comercial más.
2) Las organizaciones sociales que actuamos en el enfrentamiento
al ALCA y la OMC hemos alertado a la opinión pública
sobre los riesgos de la inclusión de temas tales como
inversiones, compras gubernamentales y política de
competencia, que condicionan el desarrollo económico
y social de nuestros países y por eso, se han puesto,
junto con los subsidios agrícolas, en el centro de
las diferencias entre los países más ricos y
los menos desarrollados en las negociaciones de la OMC. Mientras
tanto, la Unión Europea ha insistido en su inclusión
en el acuerdo con el Mercosur y, más aún, han
condicionado una tímida disminución en los subsidios
agrícolas (a través de cuotas) a una sustancial
mejora de la oferta en servicios y principalmente en compras
gubernamentales del Mercosur.
3) El hecho de que el Mercosur proponga el abordaje según
el método de “listas positivas” para la
presentación de sus ofertas de liberalización
en sectores sensibles (inversiones y servicios) no evita que
tales temas y sectores sean incluidos de forma creciente en
los acuerdos que apuntan a transformar todas las esferas de
la economía y de la sociedad en mercaderías
(salud, educación, servicios públicos, etc.).
Por otra parte, vemos con preocupación que los países
de la región acepten condicionar su oferta de servicios
a la mejora de la oferta agrícola europea. Se abre
así un precedente que puede llevar a una ampliación
inaceptable de los temas en negociación, e indicar
que nuestros países estarían dispuestos a entregar
a los intereses de empresas y gobiernos europeos, nuevos sectores
estratégicos para el desarrollo y bienestar de nuestros
pueblos. O reconocer la legitimidad de injustas situaciones
que aspiramos a revertir.
Por otra parte, es necesario aclara que el acceso a los mercados
agrícolas europeos es beneficioso para los grandes
productores, y no para los pequeños granjeros, que
producen para el mercado interno.
4) A pesar de que las listas de ofertas todavía estén
en proceso de negociación y, por lo tanto, contengan
un alto grado de indefinición, es preocupante el hecho
de que el Mercosur esté incluyendo en su oferta “servicios
financieros” y “telecomunicaciones” (Brasil),
después de reclamos de la Unión Europea en la
última reunión del CNB de Buenos Aires, a comienzo
de marzo, exactamente sobre la ausencia de esos sectores.
La liberalización intenta garantizar a las corporaciones
internacionales una libertad total para la remesa de sus lucros,
bloqueando la posibilidad de que los próximos gobiernos
regulen la repatriación del capital extranjero relativo
a inversiones en estos sectores. En el caso de la discusión
de servicios, el Mercosur no debería aceptar la propuesta
de la UE de ampliar la inclusión de ítems de
servicios ambientales (lo que incluye agua y saneamiento).
La UE sigue forzando la inclusión de los llamados “servicios
profesionales”, que permitiría el traslado de
mano de obra calificada de Europa a las filiales de empresas
europeas en el área del Mercosur, agravando el ya crónico
problema de desempleo en la región. En el área
de servicios, también es preocupante el énfasis
europeo en sectores como pesca, minería (incluyendo
extracción de petróleo y gas), riquezas importantes
y fundamentales para el desarrollo de nuestros países.
5) En el nuevo mapa de las negociaciones globales y de la
relevancia del papel del llamado G20 en defensa de los intereses
de los países en desarrollo, el entusiasmo y la “generosidad”
de la UE pueden estar siendo una maniobra para quebrar el
bloque y minar las posibilidades de un encaminamiento más
justo de las negociaciones internacionales del comercio.
6) Al contrario de las negociaciones del ALCA y en el ámbito
de la OMC – donde después de años de lucha
y reivindicaciones las organizaciones sociales consiguieron
conquistar el acceso a documentos y en algunos casos inclusive
a las reuniones oficiales- no se visualizan instancias claras
de consulta sobre las negociaciones UE-Mercosur, ni tampoco
empeño de nuestros gobiernos por garantizar la presencia
de organizaciones de la sociedad civil en las reuniones de
negociación. Reclamamos firmemente que nuestros gobiernos
den a publicidad los pormenores de las negociaciones; que
antes de cada reunión se den a conocer a la sociedad
las propuestas con las que el Mercosur concurre, y el contenido
de las que propone la UE. Según trasciende en los medios
de prensa el acuerdo UE-Mercosur, sería firmado antes
que el mandato de la actual comisión negociadora europea
llegue a su fin, lo que está previsto para el mes de
octubre, por lo que estamos ante la posibilidad inminente
de que se firme un acuerdo que compromete el presente y el
futuro de nuestros pueblos, sin que se haya dado a publicidad
la información mínima sobre su contenido.
7) Demandamos un empeño efectivo de los países
del Mercosur para que los derechos socio laborales sean protegidos
y tengan primacía sobre los objetivos de liberalización
comercial, teniendo como piso la Declaración Socio-Laboral
del Mercosur y la Carta de Derechos Fundamentales de la Unión
Europea.
El estrechamiento de las relaciones con la Unión Europea
es un camino que debe ser transitado atendiendo a las asimetrías
de los bloques. Las ganancias de una hipotética apertura
agrícola a los productos del Mercosur no son razón
suficiente para comprometer el desarrollo económico
y el bienestar de las poblaciones de Argentina, Brasil, Paraguay
y Uruguay.
Por Argentina
Autoconvocatoria No al ALCA
Beerly Keene (54 9 11) 54679328 cel.
Isaak Rudnik (54 9 11) 41882603 cel.
Juan Gonzalez (54 9 11) 4419-250