Tratado
de Libre Comercio de América del Norte
Declaración
de las Redes Sociales Norte-Americanas
sobre el futuro del TLCAN
A
propósito de la Cumbre Bush-Martin-Fox en Texas
LA
SEGURIDAD HUMANA VULNERADA POR LOS EFECTOS DEL TLCAN DEBE
SER TEMA PRIORITARIO
Prematura
toda discusión sobre integración profunda o
“TLCAN plus”
El 23
de marzo próximo, los “Tres amigos” del
TLCAN se reunirán en el rancho Bush en Texas. Vicente
Fox, George Bush y Paul Martin aprovecharán la oportunidad
para conversar a tres, aislados de cualquier debate público
para avanzar en el proyecto de una integración profunda
en América del Norte.
Las discusiones
previsibles de los Jefes de Estado sobre un pacto energético
norte-americano, políticas migratorias harmonizadas,
políticas comunes de seguridad so pretexto de la lucha
contra el terrorismo, abren peligrosamente el camino hacia
un “TLCAN plus”, hacia una harmonización
generalizada de las políticas nacionales a fin de eliminar
en cada país lo que las grandes corporaciones llaman
las incompatibilidades que limitan la « eficiencia económica
».
Sin embargo,
después de once años de implementación
del TLCAN, ahora que pueden medirse los impactos de este acuerdo
sobre los pueblos, las ciudadanías de los tres países
están en su derecho de esperar que sus dirigentes políticos
ataquen de frente y de manera prioritaria los problemas en
materia de derechos sociales, económicos, culturales
y ambientales que conllevó la integración económica.
Antes de pensar en profundizar la integración de los
países de América del Norte, es imprescindible
poner el modelo TLCAN a debate público.
PONER
LA SEGURIDAD HUMANA PRIMERO
Si Bush,
Fox et Martin tienen en mente conversar de temas de seguridad,
urge entonces que hablen de seguridad humana:
La erradicación
de la pobreza y la implementación en América
del Norte de un programa conjunto de reducción de las
desigualdades deben ser tema prioritario de su agenda . La
pobreza persiste en Canadá y los Estados Unidos, mientras
que en México condena a 53 millones de personas (más
de la mitad de la población) a vivir con menos de $US
3.80 diarios. Las desigualdades entre los más ricos
y los más pobres se profundizan en México y
en Estados Unidos, y sólo por una herencia de garantías
sociales se limita el crecimiento de esa desigualdad en Canadá.
En los tres países, preocupa el creciente fenómeno
de feminización de la pobreza. En la víspera
de la Cumbre de las Naciones Unidas sobre pobreza en septiembre
2005, los países de América del Norte deben
enviar una señal clara a la comunidad internacional
en torno a la agenda del Milenio para combatir la pobreza
extrema.
Protección y restauración de nuestro medio ambiente.
Los expertos y los ciudadanos de los tres países reconocen
que el cambio climático es una profunda amenaza para
nuestro futuro. Sin embargo, los Estados Unidos se obstinan
a no ratificar los objetivos mínimos del acuerdo de
Kyoto, mientras que en Canadá y en México, falta
voluntad gubernamental para tomar iniciativas contundentes.
Los tres gobiernos no pueden seguir ignorando la urgente necesidad
de desarrollar objetivos más ambiciosos para combatir
los problemas ambientales. Es de preguntarse si la reunión
de Texas llevará el recalcitrante Presidente estadounidense
a ratificar Kyoto?
Garantizar
el acceso de todos a los servicios de Seguridad Social. En
uno de los tres países, el acceso de todos al seguro
médico y servicios de salud está garantizado
y es eje prioritario de atención y recursos estatales,
mientras que en los países vecinos, millones de personas
siguen desprotegidas. El potencial y la urgente necesidad
de ampliar los cinco principios de universalidad, integralidad,
accesibilidad, transferabilidad y administración pública
exigen de los tres dirigentes de América del Norte
a que se comprometan a desarrollar una estrategia conjunta
en la región en materia de salud.
Seguridad
alimentaria. En los tres países, el predominio de la
agro-industria sobre los recursos agrícolas pone la
lógica de las ganancias por encima de la seguridad
alimentaria de las poblaciones. Golpeada por el efecto arrasador
de las importaciones subsidiadas del Norte, la economía
agrícola mexicana atraviesa actualmente la peor crisis
de su historia. El derecho de todos a la satisfacción
de sus necesidades básicas es un tema más que
los dos Presidentes y el Primer Ministro deben integrar a
un plan de acción común en América del
Norte para asegurar una vida digna para sus poblaciones.
La ratificación
e implementación de los derechos humanos internacionales
como fundamento de la gobernabilidad democrática. Bien
sea en los círculos políticos o en el sector
empresarial corporativo, parece asumirse que las discusiones
en torno a la integración continental son el dominio
exclusivo del poder ejecutivo de cada gobierno. Los legisladores
son marginados de las decisiones, y los ciudadanos aún
más. Pero dado que los ejes de la integración
y sus distintas modalidades de implementación afectan
a todos en América del Norte, porqué se restringe
tanto la participación, porqué se limita tanto
el debate?
Avances
en materia de gobernabilidad democrática exigen que
los tres líderes se comprometan a insertar cada una
de sus iniciativas futuras en el marco de las garantías
internacionales de derechos humanos (los derechos económicos,
sociales y culturales, así como los derechos civiles
y políticos), incluidas en la Declaración Universal
de los Derechos Humanos, en la Convención Americana
sobre Derechos Humanos y en el Protocolo de San Salvador,
así como en las normas laborales establecidas por la
Organización Internacional del Trabajo. Sólo
la ratificación y aplicación de estos fundamentos
pueden favorecer la definición de los medios democráticamente
apropiados que alienten un debate participativo en América
del Norte y determinen las formas como los pueblos de la región
podrán relacionarse en el futuro.
EL TLCAN
NO ES EL MODELO A SEGUIR
Si los
tres amigos tienen como propósito el de expandir el
fracasado modelo del TLCAN en lugar de enfrentar los problemas
que el acuerdo generó, están definitivamente
en el camino equivocado. Pese a más de una década
de destrucción de buenos empleos y de reducción
de las normas ambientales en los tres países, los gobiernos
de EE UU, Canadá y México siguen tratando de
encerrar a más países dentro de las reglas del
TLCAN, sea mediante acuerdos bilaterales como el Acuerdo de
Libre Comercio entre los Estados Unidos-República Dominicana-
Centro América (DR-CAFTA), sea mediante sus esfuerzos
para reanimar las moribundas conversaciones del ALCA.
Martin, Bush y Fox deben escuchar las resistencias que toman
cada vez más fuerza en la región desde los más
diversos sectores, no solo sociales sino incluso de sectores
e instancias de los gobiernos. El Congreso de los Estados
Unidos ha sido reacio hasta ahora en ratificar el acuerdo
DR-CAFTA, principalmente por el temor de extender los problemas
del TLCAN hacia otros países. En el Parlamento de Canadá,
el sub-comité sobre Comercio Internacional e Inversiones
adoptó recientemente una moción que pide la
revisión integral del TLCAN en sus capítulos
sobre resolución de controversias y en sus cláusulas
“inversionista-Estado” que han llevado a que grandes
corporaciones desafíen e inclusive reviertan políticas
públicas en materia de salud y de medio ambiente.
En México,
hay enorme presión para cambiar el injusto régimen
estadounidense de inmigración. Las organizaciones campesinas
(apoyadas por otros sectores de la población) y sectores
parlamentarios exigen al Presidente Fox que cumpla con su
palabra plasmada en el Acuerdo Nacional para el Campo firmado
por las distintas partes del sector en el que se compromete
a plantearle a sus homólogos la revisión o derogación
del capítulo sobre agricultura del TLCAN, especialmente
respecto a los granos básicos.
Los “tres
amigos” de América del Norte deben oír
y atender el clamor de los pueblos de todo el continente que
han dicho no al Área de Libre-Comercio de las Américas
(ALCA). Han logrado con su presión y propuestas detener
y posponer las negociaciones, impulsando la visión
de que “Otra América es posible”.
Para las
redes sociales de América del Norte aquí firmantes
que representan una diversidad de organizaciones sociales,
una revisión amplia y pública del TLCAN es la
condición sine qua non a cualquier nueva iniciativa
relacionada con la integración.
Red Mexicana de Acción frente al Libre Comercio (RMALC)
Alliance for Responsible Trade (ART) U.S.A.
Common Frontiers (CF) Canadá
Red Quebequense frente a la Integración Continental
(RQIC) Québec, Canadá
22 de marzo de 2005
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