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RED MEXICANA DE ACCIÓN FRENTE AL LIBRE COMERCIO

Ciudad de México 5 de agosto del 2004

Boletín Informativo

Los principios que regirán las negociaciones de la OMC son la misma vieja y letal medicina pero en envase nuevo

El nuevo documento de la OMC contiene mucha retórica, pocas medidas a favor de reglas para un comercio justo que favorezca a la mayoría de los pueblos del mundo, insistiendo en defender los privilegios ilegítimos de las grandes empresas exportadoras, ubicadas primordialmente en los países ricos.

Después de una semana de intensas reuniones en Ginebra, Suiza, éste pasado sábado en la madrugada se logró un acuerdo sobre los principios generales que regirán las negociaciones sobre comercio mundial, y que se prevé concluir en diciembre del 2005.

A cambio de un mil veces prometido y ambiguo recorte a los multimillonarios subsidios y apoyos a la agricultura y exportaciones agroalimentarias de los países ricos (cercano a los mil millones de dólares diarios, 360 mil millones de dólares anuales, según cálculos de la OCDE), los países más poderosos impusieron compromisos estratégicos a los países subdesarrollados.

El criterio de negociación en comercio agrícola es que los países ricos recortarán 20% de los apoyos integrales a los subsidios que distorsionan el comercio internacional, pero deja abierta la puerta para que sigan inventando y usando los voluminosos subsidios indirectos en la llamada caja verde (supuestamente de apoyos ambientales) o en la caja azul (según la jerga de la OMC).

El criterio-compromiso de “recorte” de los subsidios a la exportación fue aceptado y valorado por muchos países subdesarrollados como un paso positivo, aunque insuficiente, contra la criminal competencia de los poderosos agroexportadores que operan usando abundantes fondos públicos y privilegiadas relaciones gubernamentales.

El problema es que ese criterio no responde al compromisos original de desmantelar la injusta e hipócrita política proteccionista que los países ricos ejercen con énfasis, altísimos aranceles y apoyos, en sectores como cereales, cárnicos, lácteos, e incluso sobre productos tropicales como por ejemplo el azúcar o el algodón.

Simultáneamente, mientras el texto oficial destaca tanto la posible invención de salvavidas a su inercia y la importancia de sus llamados “Productos Sensibles”, solo menciona marginalmente la demanda central de la mayoría de los países subdesarrollados sobre el derecho de establecer “Productos Estratégicos y Mecanismos Especiales de Salvaguarda” para proteger la economía agrícola familiar-campesina e indígena. Las especificidades quedarán sujetas a la negociación posterior.

Sin embargo, “no dan paso sin huarache”, la supuesta concesión se ha dado a cambio de que los países subdesarrollados acepten el criterio de negociación de recortar a los aranceles industriales (donde también se incluyen los productos pesqueros y forestales) [Anexo B del documento oficial] y acelerar la privatización de los servicios como: banca, telecomunicaciones, educación, agua, energía, y muchos más. [Anexo C del documento oficial] .

Si las futuras negociaciones prosperan, regidas exclusivamente con estos criterios, los resultados serán más de lo mismo. Por una parte, grandes agroexportadores compitiendo contra la agricultura familiar, campesina e indígena, que predomina en la mayoría de los países subdesarrollados y que terminaría aniquilando la soberanía alimentaria de nuestros países. Y por otra parte, con bajos aranceles industriales y enormes desventajas tecnológicas y financieras los países subdesarrollados se verían inundados de manufacturas extranjeras, cancelando cualquier perspectiva de industrialización propia. La situación de sobre vivencia en que se debate, bajo las reglas del TLCAN, la pequeña y mediana industria mexicana es un ejemplo anticipado de esta situación.

De manera adicional, el criterio de acelerar y presentar “lo antes posible” [en el texto se dice mayo del 2005] las propuestas específicas de privatización [“liberalización” en el lenguaje de la OMC] de servicios “sin excluir a priori ningún sector de servicios ni modo de suministro.”[Anexo C del documento oficial] no sólo refleja el profundo interés que las trasnacionales tienen en este sector, sino la amenaza a este último reducto donde el Estado Nacional mantiene algún control.

Pero no todo ha sido “miel sobre hojuelas” para los negociadores de los países ricos en Ginebra. El documento oficial tuvo que reconocer, finalmente, que los jugosos sectores de Inversión Extranjera, Compras Gubernamentales, y Política de Competencia, quedarán fuera de las negociaciones de esta Ronda de Doha.

Como se recordará, en la reunión ministerial de Cancún, la ambición de los negociadores europeos y estadounidenses sobre estos temas, también conocidos como “temas de Singapur” y su mezcla con la liberalización agrícola, creó una explosión gubernamental y social que destruyó los sueños de los más rancios neoliberales.

Al parecer aprendieron de Cancún que no se deben atragantar con tantas demandas, sino que al parecer el mejor camino es imponer unas y después veremos…

Simultáneamente, la vieja estrategia de soberbia, presión, “negociar en lo obscurito y unos cuantos”, no permitir observadores ni dejar registro de la forma de negociar ni las propuestas, ni huella escrita ni visual, chantajear a los países más pobres prometiéndoles algunos dólares más para el fondo de “Las Metas del Milenio”, o de alejar o amenazar con la policía a los representantes de organizaciones civiles, fueron los elementos del clima de negociación y del proceso de negociación de julio en Ginebra.

Proceso que el Sr. Supachai Panitchpakdi –Director de la OMC- calificó como “momento histórico de la OMC”.

Nosotros podríamos y hemos calificado eso como “la vieja historia de una institución con procesos de decisión lejos de la demanda democrática y de las necesidades de los pueblos”

Alejandro Villamar
Miembro de la Coordinación Nacional de la RMALC